DIA 1. COMO MOSTRAR MISERICORDIA A TU FAMILIA
“El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”
1 Corintios 13:4-7 (NTV)
Me encantaría iniciar esta serie de devocionales con una pregunta incómoda a todos los que leen estas palabras: ¿Qué tan misericordioso eres con tu familia? Les daré una definición de misericordia para que podamos entendernos; misericordia es: Perdón inmerecido y bondad no ganada.
Muy posiblemente, algunos están diciéndose a sí mismos que realmente son personas muy cariñosas con los de su familia. Que con ellos son pacientes, amorosos y perdonadores.
Pero qué les parece si mejor hacemos una pequeña encuesta. Un pequeño examen que nos ayudará a ver dónde estamos parados en ese asunto.
Cuando mi esposa, un hermano u otro miembro de mi familia....
Tiene algunos detalles erróneos mientras cuenta una historia, yo
__ ¿Interrumpo y lo corrijo públicamente?
__ ¿No digo nada y lo dejo ir sabiendo que yo he hecho lo mismo?
Comete el mismo error una y otra vez, yo
__ ¿Me irrito y me enfadado con ellos?
__ ¿Amablemente los perdono y oro por ellos?
Consiguen más atención de lo que creo que se merecen, yo
__ ¿Siento resentimiento y quiero desanimarlos?
__ ¿Celebro con ellos?
Dicen o hacen algo que no entiendo, yo
__ ¿Asumo que tienen la mejor motivación para hacerlo?
_Cuestiono su motivación o pienso lo peor
Soy más cortés con
___ Extraños o
___ Mi propia familia?
Al responder esta pequeña encuesta, lo más seguro es que nos hayamos dado cuenta de que realmente no somos tan misericordiosos con ellos.
La triste realidad, es que a veces, el lugar más difícil para mostrar la misericordia es en nuestras propias casas. Con los miembros de nuestra familia. Con las personas que convivimos la mayor parte del tiempo.
De hecho, a menudo somos más duros con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestros hermanos; que con los desconocidos. A menudo somos más desagradables con nuestra propia familia, que con las personas no forman parte de ella.
Y la verdad, es que no estoy orgulloso de admitir esto. Me molesta que con frecuencia les decimos las cosas más desagradables a aquellos que más amamos. ¿Le molesta eso a alguien más? ¿Le molesta ser el ogro del cuento o la bruja de la historia? ¿Ser la persona más mala con la gente que más amas?
Si ese es tu caso te invito a que leamos a que me acompañes en esta serie de devocionales, en donde juntos aprenderemos a 4 maneras de ser misericordiosos con nuestras familias.
Pasando por alto las irritaciones y ofensas.
Siendo amables cuando no lo merecen, pero lo necesitan.
Dejando ir las heridas del pasado.
Creyendo que Dios está trabajando en otros.
Esos principios que manejaremos están basados en 1 corintios 13:4-7 (NTV)
“El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”
Te advierto; los temas no serán sencillos de asimilar y aplicar a nuestras vidas, pero si realmente quieres aprender a ser misericordioso con los tuyos, te van a ayudar mucho. Además, cuentas con la ayuda de Dios en todo.
Así que, mientras recibes el primer principio, ora y dile a Dios lo siguiente: Dios, es verdad. He sido más duro con mi familia que con otras personas. Les he dicho cosas que los han herido. Te pido perdón por ello. Quiero que me ayudes a cambiar eso y que el primer lugar donde yo muestre la misericordias que tú me mostraste, sea en casa. Con mi familia. En el nombre de Jesús, amén.
Arturo Martínez. Pastor del Campus Querétaro.
PIB Satélite
Muy posiblemente, algunos están diciéndose a sí mismos que realmente son personas muy cariñosas con los de su familia. Que con ellos son pacientes, amorosos y perdonadores.
Pero qué les parece si mejor hacemos una pequeña encuesta. Un pequeño examen que nos ayudará a ver dónde estamos parados en ese asunto.
Cuando mi esposa, un hermano u otro miembro de mi familia....
Tiene algunos detalles erróneos mientras cuenta una historia, yo
__ ¿Interrumpo y lo corrijo públicamente?
__ ¿No digo nada y lo dejo ir sabiendo que yo he hecho lo mismo?
Comete el mismo error una y otra vez, yo
__ ¿Me irrito y me enfadado con ellos?
__ ¿Amablemente los perdono y oro por ellos?
Consiguen más atención de lo que creo que se merecen, yo
__ ¿Siento resentimiento y quiero desanimarlos?
__ ¿Celebro con ellos?
Dicen o hacen algo que no entiendo, yo
__ ¿Asumo que tienen la mejor motivación para hacerlo?
_Cuestiono su motivación o pienso lo peor
Soy más cortés con
___ Extraños o
___ Mi propia familia?
Al responder esta pequeña encuesta, lo más seguro es que nos hayamos dado cuenta de que realmente no somos tan misericordiosos con ellos.
La triste realidad, es que a veces, el lugar más difícil para mostrar la misericordia es en nuestras propias casas. Con los miembros de nuestra familia. Con las personas que convivimos la mayor parte del tiempo.
De hecho, a menudo somos más duros con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestros hermanos; que con los desconocidos. A menudo somos más desagradables con nuestra propia familia, que con las personas no forman parte de ella.
Y la verdad, es que no estoy orgulloso de admitir esto. Me molesta que con frecuencia les decimos las cosas más desagradables a aquellos que más amamos. ¿Le molesta eso a alguien más? ¿Le molesta ser el ogro del cuento o la bruja de la historia? ¿Ser la persona más mala con la gente que más amas?
Si ese es tu caso te invito a que leamos a que me acompañes en esta serie de devocionales, en donde juntos aprenderemos a 4 maneras de ser misericordiosos con nuestras familias.
Pasando por alto las irritaciones y ofensas.
Siendo amables cuando no lo merecen, pero lo necesitan.
Dejando ir las heridas del pasado.
Creyendo que Dios está trabajando en otros.
Esos principios que manejaremos están basados en 1 corintios 13:4-7 (NTV)
“El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”
Te advierto; los temas no serán sencillos de asimilar y aplicar a nuestras vidas, pero si realmente quieres aprender a ser misericordioso con los tuyos, te van a ayudar mucho. Además, cuentas con la ayuda de Dios en todo.
Así que, mientras recibes el primer principio, ora y dile a Dios lo siguiente: Dios, es verdad. He sido más duro con mi familia que con otras personas. Les he dicho cosas que los han herido. Te pido perdón por ello. Quiero que me ayudes a cambiar eso y que el primer lugar donde yo muestre la misericordias que tú me mostraste, sea en casa. Con mi familia. En el nombre de Jesús, amén.
Arturo Martínez. Pastor del Campus Querétaro.
PIB Satélite
Posted in Arturo MartÃnez