DIA 2. FE ES OFRECER LO MEJOR DE TU VIDA A DIOS

“Abel confió en Dios, y por eso le ofreció un sacrificio mejor que el de Caín. Por eso Dios consideró que Abel era justo, y aceptó sus ofrendas…”
Hebreos 11:4  
La ley del mínimo esfuerzo consiste en que ante varias posibilidades, la mejor opción es la que implique el menor gasto de energía, pues siempre hay maneras más sencillas de satisfacer las necesidades y exigencias de la vida. Sin embargo, la ley del mínimo esfuerzo no fue una opción para Abel. El primer hombre en la Escritura del cual se menciona que dio una ofrenda a Dios, no se guío bajo la ley del mínimo esfuerzo. ¡Al contrario! ¡Abel puso todo su empeño para ofrecer a Dios lo mejor que tenía en sus manos!

Esto me lleva a pensar que la FE es ofrecer lo mejor a Dios. Cuando un hombre o una mujer tienen FE, esta FE les va a llevar a vivir cada área de su vida como una ofrenda agradable a Dios; y es así que dicha FE les moverá a ofrecer siempre lo mejor a Dios y a los demás.

Es tristemente frecuente encontrarnos dedicándole lo que nos sobra a Dios: lo que nos sobra de nuestro tiempo; lo que nos sobra de nuestro esfuerzo; lo que nos sobra de nuestro dinero; lo que nos sobra de todo. Sin embargo ese no es el camino de la FE. El camino de la FE es el de Abel. El camino de la FE es ofrecer nuestro mejor tiempo a Dios; nuestra mejor ofrenda en cada área de nuestra vida. Abel no quiso mas que ofrecer lo mejor a Dios.

Ahora bien, puedes pensar “¿cómo puedo yo ofrecer lo mejor a Dios?”. Bueno, creo que un primer paso puede ser apartar lo mejor de tu día para estar con Dios. Sin distracciones. Sin carreras. Reservar algunos minutos de tu agenda para buscar Su rostro, para orar, para leer lo que Él quiere decirte en Su Palabra, para congregarte en una iglesia local. Creo que cuando ponemos a Dios en el primer lugar de nuestra vida, estamos dando el paso más importante para transitar por el camino de la FE. Y en segundo lugar, puedes preguntarte “¿estoy ofreciendo lo mejor a Dios en cada área de mi vida? ¿Soy la mejor persona que puedo ser? ¿Me estoy esforzando por ser el mejor hijo, el mejor padre, el mejor hermano? ¿Le dedico lo mejor a Dios cuando estoy en mi trabajo? ¿En mi escuela? ¿Con mis amigos? ¿En mi iglesia? ¿Con las personas menos favorecidas?”. Sin lugar a dudas, cuando ofrecemos lo mejor a los demás, lo estamos haciendo también para el Señor (Mateo 25:35-40).   

¡Que Dios nos permita conocerle cada vez mejor mientras pasamos tiempo con Él! ¡Que Dios nos permita ir a descansar cada noche, sabiendo que hicimos lo mejor que pudimos en cada rol que desempeñamos! ¡Que Dios nos permita ofrecerle lo mejor, tal como lo hizo Abel, un héroe de la fe!


Pastor Jesus Hurtado
Ministro de Amar al Projimo

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